Tocaron nuestras tres canciones casi encadenadas. Cuando lo hicieron ni siquiera miramos al escenario, nos las cantamos el uno al otro a la cara, a gritos y con una sonrisa tan grande que todo aquel que nos vio, a día de hoy, seguro que sigue teniendo envidia por no haber vivido aquella sensación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario